La curiosidad del hombre lo ha
llevado a descubrir e inventar grandes cosas, no sabemos con exactitud desde
cuando el ser humano se interesó por ver lo que sucedía en el cielo, cuando fue
que comenzó a observar las estrellas, sus movimientos, sus diferencias, etc.
Lo cierto es que una vez lo
entendieron, también lo asociaron a situaciones que se vivían en la tierra,
como el día y la noche, las temporadas de frio, de calor, migraciones de
animales y muchas cosas más; los
indicios que se tienen sobre la observación de las estrellas data del Megalítico
del cual se conservan grabados en piedra de las figuras de ciertas
constelaciones como la Osa Mayor, la Osa Menor y las Pléyades.
Del final del Neolítico se tienen menhires y
alineamientos de piedras, la mayor parte de ellos orientados hacia el sol
naciente.
Antiguos pueblos que habitaron
Europa tuvieron conocimientos avanzados de los movimientos de los astros,
matemática y geometría. Realizaron grandes construcciones para la práctica de
la astronomía observacional, determinaron los solsticios y equinoccios y pudieron
predecir los eclipses.
Los egipcios observaron que las
estrellas realizan un giro completo en poco más de 365 días. Además, este ciclo
de 365 días del Sol concuerda con el de las estaciones, y ya antes del 2500
a.C. los egipcios usaban un calendario basado en ese ciclo, por lo que cabe
suponer que utilizaban la observación astronómica de manera sistemática desde
el cuarto milenio.
Los asirios, sumerios, acadios,
babilonios y, en general, todas las civilizaciones que ocuparon Oriente Medio
en la antigüedad, estudiaron los movimientos del Sol y de la Luna para
perfeccionar su calendario. Solían designar como comienzo de cada mes el día
siguiente a la luna nueva, cuando aparece el primer cuarto lunar. Al principio
este día se determinaba mediante la observación, pero después los babilonios
trataron de calcularlo anticipadamente.
Sabemos poco la astronomía en la
antigua China. Sin embargo, se sabe que es más antigua que la astronomía
occidental y que, por estar tan alejada de ella, tuvo un desarrollo totalmente
independiente.
En América, durante la época
precolombina, se desarrolló un estudio astronómico bastante extenso. Algunas
observaciones mayas son bien conocidas, como el eclipse lunar del 15 de Febrero
del 3379 a.C.
El imperio de los Incas dominó
América del Sur durante mucho tiempo. Es precisamente en Cuzco, en donde muchos
investigadores han encontrado documentos de colonizadores españoles que
describen el Templo del Sol, del cual irradiaban cuarenta y un ejes llamados
ceques, cuya disposición implicaba lineamientos geománticos o astronómicos, que
definían el valle en 328 huacas, las cuales cumplían funciones rituales y
políticas.
Los aztecas no solo desarrollaron
la astronomía y el calendario, sino que estudiaron y desarrollaron la meteorología,
como una consecuencia lógica de la aplicación de sus conocimientos para
facilitar sus labores agrícolas. La astronomía ejercía tal influencia en la
cultura azteca que la mayor parte de sus tradiciones estaban basadas en el
comportamiento de las estrellas y planetas.
Referencia: www.astronomia.com/historia/