jueves, 24 de noviembre de 2016

UN POCO DE HISTORIA



La curiosidad del hombre lo ha llevado a descubrir e inventar grandes cosas, no sabemos con exactitud desde cuando el ser humano se interesó por ver lo que sucedía en el cielo, cuando fue que comenzó a observar las estrellas, sus movimientos, sus diferencias, etc.
Lo cierto es que una vez lo entendieron, también lo asociaron a situaciones que se vivían en la tierra, como el día y la noche, las temporadas de frio, de calor, migraciones de animales  y muchas cosas más; los indicios que se tienen sobre la observación de las estrellas data del Megalítico del cual se conservan grabados en piedra de las figuras de ciertas constelaciones como la Osa Mayor, la Osa Menor y las Pléyades.
Del  final del Neolítico se tienen menhires y alineamientos de piedras, la mayor parte de ellos orientados hacia el sol naciente.
Antiguos pueblos que habitaron Europa tuvieron conocimientos avanzados de los movimientos de los astros, matemática y geometría. Realizaron grandes construcciones para la práctica de la astronomía observacional, determinaron los solsticios y equinoccios y pudieron predecir los eclipses.
Los egipcios observaron que las estrellas realizan un giro completo en poco más de 365 días. Además, este ciclo de 365 días del Sol concuerda con el de las estaciones, y ya antes del 2500 a.C. los egipcios usaban un calendario basado en ese ciclo, por lo que cabe suponer que utilizaban la observación astronómica de manera sistemática desde el cuarto milenio.
Los asirios, sumerios, acadios, babilonios y, en general, todas las civilizaciones que ocuparon Oriente Medio en la antigüedad, estudiaron los movimientos del Sol y de la Luna para perfeccionar su calendario. Solían designar como comienzo de cada mes el día siguiente a la luna nueva, cuando aparece el primer cuarto lunar. Al principio este día se determinaba mediante la observación, pero después los babilonios trataron de calcularlo anticipadamente.
Sabemos poco la astronomía en la antigua China. Sin embargo, se sabe que es más antigua que la astronomía occidental y que, por estar tan alejada de ella, tuvo un desarrollo totalmente independiente.
En América, durante la época precolombina, se desarrolló un estudio astronómico bastante extenso. Algunas observaciones mayas son bien conocidas, como el eclipse lunar del 15 de Febrero del 3379 a.C.
El imperio de los Incas dominó América del Sur durante mucho tiempo. Es precisamente en Cuzco, en donde muchos investigadores han encontrado documentos de colonizadores españoles que describen el Templo del Sol, del cual irradiaban cuarenta y un ejes llamados ceques, cuya disposición implicaba lineamientos geománticos o astronómicos, que definían el valle en 328 huacas, las cuales cumplían funciones rituales y políticas.

Los aztecas no solo desarrollaron la astronomía y el calendario, sino que estudiaron y desarrollaron la meteorología, como una consecuencia lógica de la aplicación de sus conocimientos para facilitar sus labores agrícolas. La astronomía ejercía tal influencia en la cultura azteca que la mayor parte de sus tradiciones estaban basadas en el comportamiento de las estrellas y planetas.




                                                                                  Referencia: www.astronomia.com/historia/


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